
En intensivo aprendí a ver la vida desde otra perspectiva, jamás imaginé estar en esa posición, pues es algo que realmente nunca imaginaríamos vivir. Hace algún tiempo la pastora Yvonne Hernández me regaló un libro titulado “En intensivo aprendí”, título que también lleva este escrito. Ella es una de las mujeres más maravillosas que he conocido en toda mi vida, no solo por su sabiduría sino por la conexión que teníamos y aún tenemos. Al momento leí su libro, era una mezcla entre risa y aprendizaje. Lo que nunca imaginé es que yo también estaría en la unidad de cuidados intensivos.
Al salir de intensivo supe que quería contar esta historia, desde la resiliencia, perseverancia y no desde la perspectiva de ser víctima. Cuando cargamos con enfermedades que son degenerativas es bastante difícil tener la empatía de las personas. Por lo que, inicialmente se me hacía difícil hablar del tema, de los síntomas y como los manejaba. Sin duda, Dios ha tenido el primer lugar en este caminar, pues me ha dado la fuerza y valentía de poder seguir hacia adelante. Además, Dios me ha rodeado de personas maravillosa que al igual que yo, no ven mi enfermedad como un obstáculo sino como una oportunidad. Curiosamente la palabra crisis en chino se compone de dos ideogramas, uno significa peligro y el otro oportunidad.

Cuando comencé a ver a mi enfermedad como una oportunidad de crecimiento, de hacer otras cosas, de explorar mis talentos comencé a dejar de sentir tristeza por al día de hoy no poder ejercer la carrera por la que me preparé durante 9 años de mi vida. Aun así, tengo la convicción y la Fe de que todo tiene un propósito y algún día podré cargar esa bata blanca con orgullo. Por que el haber sido paciente no solo me hizo mejor persona sino mejor médico. Mi paso por la unidad de cuidados intensivos fue breve (3 días), sin embargo la experiencia quedó grabada en mi corazón tanto para bien como para mal. Es lamentable que nuestro sistema de salud este tan quebrantado que los residentes no tienen ni la dirección, ni los guías apropiados para llevar a cabo una labor hermosa, como lo es salvar vidas.
Comencemos por mencionar que tengo lapsos en los que tengo recuerdos. Aún tengo grabada en mi memoria la pelea entre dos residentes que estaban solos porque luego llega su “attending” a gritarles. Típico ambiente tóxico en el que los médicos no entrenan bien a sus residentes y pretenden que “hagan todo bien”. No sé en qué momento y con qué fuerzas abrí los ojos y miré fijamente a un residente, el hizo contacto visual conmigo y le hice señas para escribir. Estaba completamente entubada, “consciente”, con las manos y los pies amarrados, luego me explicaron que era por la entubación.
Él soltó mi mano y recuerdo que le escribí mi diagnóstico, el medicamento diamox y una flechita hacia abajo indicándole (K potasio bajo). De inmediato volví a estar entre allá y acá. Recuerdo como él le decía a todo el mundo que me había levantado y había escrito, hubo incrédulos que no le creyeron, pero sí, esa era mi letra. Mi desesperación de tener un potasio bajando por el brazo izquierdo como un grifo abierto me llevó a despertar unos segundos. Recuerdo los gritos del doctor, recuerdo como me arrancaron la vía, al punto que el dolor se me quitó un mes más tarde. Mientras el doctor a gritos les decía, porqué le pusieron potasio, ustedes no ven lo que ella escribió, ella los está escuchando, ella está aquí.
También recuerdo como me tocaban, yo sentía y escuchaba todo, pero no podía despertar. Yo sentía el dolor pero mi cuerpo no respondía, recuerdo querer abrir los ojos y sentir caer mis lágrimas porque no los podía abrir. De ahí en adelante no recuerdo nada, no recuerdo cuando mis familiares entraron a verme, supe la cantidad de días que estuve en intensivo porque me lo contaron. Mientras estuve en la unidad de cuidados intensivos me fui en paro cardiorespiratorio en dos ocasiones, sin embargo, no era mi momento y aquí estoy decidida a vivir y a disfrutar cada día.
Al despertar la pregunta fue inevitable; ¿Para qué despertar? si donde me encontraba sentía paz. Sentí genuinamente estar en los brazos de Dios, sentí una energía tan fuerte y hoy puedo decir que sé lo que es el soplo de vida, porque lo sentí tan pronto abrí mis ojos. Ya no estaba entubada, estaba en cuarto regular, aún confundida pero reconocía a mi familia y “mi Diego” (Fred) que nunca me ha dejado sola. No solo es parte de este proyecto sino que llevó a mi amiga Zory y junto a Liz, la esposa de mi primo se unieron y oraron por mí. Sin duda alguna, los que estuvieron antes, durante y después de mi proceso de recuperación son y siempre serán mi #team.

En intensivo aprendí que vale la pena vivir, recuerdo que cada vez que abrían la cortina era para tomar mis vitales. Ese sonido de la cortina me recordaba todo el tiempo que estaba presente y viva. Mis amigas Nikita, Nelly, Coral y Mariela (perdón si alguien se me quedó), quienes aún en la distancia se mantuvieron orando por mí. Hoy de pie, recuperada doy gracias a Dios por la calidad de amigos y las personas que me rodean. A los pastores de la Iglesia Plenitud del Reino en Dorado, la Iglesia Gosén en Caguas y mi Iglesia extendida en México, gracias. Si eres una persona cercana a mí, amigo/a o familia y te estas enterando que estuve grave por medio de este post, no te sientas mal, no pienses nada que no es. Es un proceso que decidí vivirlo en privado, si el día de mañana no estoy aquí, es por que Dios así lo quiso y no pasa nada. He vivido cada instante con una gran intensidad, tanta, que me siento plena y satisfecha de lo que he logrado hasta el día de hoy.
En intensivo aprendí a vivir la vida que siempre quise vivir, a no vivir en la espera, sino en el ahora, sin pensar en el futuro. ¿Qué va a pasar?, no lo sé y realmente nadie lo sabe. Elijo vivir, elijo llevar un mensaje de amor, elijo rodearme de personas maravillosas como mis #sparklesisters, mi comunidad de #skincarelovers, mis amigos y mi familia. A la pregunta que constantemente me hacen, ¿vas a ejercer medicina?, ¡wow después de tantos años de sacrificio! La respuesta a estos comentarios es un rotundo SÍ, en el tiempo de Dios, en este momento ejerzo mi profesión desde la academia y me siento plena y feliz.
En intensivo aprendí a vivir el aquí, el ahora, este instante, este momento, con quien sea y en cualquier lugar. No existe persona en este mundo que tenga más ganas de vivir que yo. Me despierto confiada en que Dios ya comenzó su milagro en mí, y te aseguro que si Dios lo está haciendo conmigo, lo hará contigo. Si Dios no me sana, no significa que no me ame, es un proceso, no estoy enojada por eso, al contrario doy gracias por brindarme la oportunidad de vivir una vez más. ¿Qué es duro? Claro que lo es, pero cuando tienes un corazón lleno de perdón, compasión, rellenito de amor para dar, el que está bien y el que no, no importa.

En intensivo aprendí a ignorar la pregunta; ¿Por qué no tienes novio si eres tan bonita? Dios tiene ese hombre reservado para mí, lo está preparando, moldeando y capacitando para ser el Mr. Right que me merezco. El amor es una de esas cosas que solo sucede y se siente, sin ninguna explicación. Es alguien que llega a tu vida, te besa y solo sientes ese profundo amor en el estómago, es inexplicable y cuando encuentres eso, no lo sueltes. Mis estudiantes dirían, Dra. usted dijo que eso era el nervio vago y no amor, bueno, acepto que es el nervio vago mis chicos, pero el sistema simpático hizo latir ese corazón a 200bpm jajajaja. He sentido eso, no una, varias veces, pero cuando tienes a Mr. Right de frente y el no se da cuenta ni zumbándole una indirecta en IG stories, amiga es momento de #next.
Aquí te dejo un poco de lo que aprendí por mi paso por la unidad de cuidados intensivos. También quiero hacer un agradecimiento especial a la autora del libro “En intensivo aprendí”, escrito por la Pastora Yvonne Hernández. Hace algún tiempo tomamos clase juntas en un grupo de arte creativo. En un taller que ella brindó al grupo nos compartió algunas de sus historias y tuvo el gesto de regalarme su libro. En el momento me reí leyéndolo, pero jamás imaginé que al salir de intensivo lo volvería a leer desde otra perspectiva. Sin duda ha sido un libro maravilloso que te exhorto a leer. Está en versión kindle y física en Amazon. Anhelo desde lo profundo de mi corazón que este artículo sea de mucha bendición para tu vida.
¡Es tu momento, vívelo!

Gracias por expresar aquí tu experiencia estoy pasando por un momento difícil en dónde e estado desanimada tu testimonioe a inspirado igual que el de lucha linda bendiciones y otra vez gracias.
Estos son los mensajes que más me motivan para seguir adelante con este proyecto. Cuando te sientas así, escríbeme, me encanta hablar con mis chicas y para mí esto es más que un blog, es un pedacito de mi corazón.
Te felicito por regalar tu testimonio, por tu valentía y humildad. Humildad que nos hace grande cuando reconocemos a Dios como nuestra fortaleza y recibimos todo lo que acontece como un regalo y una nueva oportunidad.
Te quiero ❤️
Yo te quiero aún más, gracias por apoyarme y por ser parte de nuestra familia. Eres bien especial para mi y tu apoyo incondicional desde el día #1 me brindó mucha fortaleza a pesar del miedo que me invadió por los resultados de los MRI. Hoy vivo mi milagro junto a mi familia y amor, me siento bendecida de tenerlos y abrazarlos con más frecuencia que antes. Te quiero mucho ❤️
Wao, al leer está historia vuelvo a recordar cuando te conocí que Dios tenía propósito contigo. Que nada sucede por casualidad todo tiene un para que. Me siento tan orgullosa de ti. Porque a pesar de todos tus situaciones de Salud has entendido. Que serás un pilar para otras personas y que tienes tanto para dar. Era maravillosa inteligente y bella💗 te quiero un monto y nunca te solté de mis oraciones.
Gracias por no soltarme de tus oraciones, porque al día de hoy, sus oraciones, junto a mi familia y el apoyo que le brindaron sin temor a equivocarme me dieron el soplo de vida que necesitaba para que me quitaran esos tubos y respirar por mi misma. Me siento más viva que nunca y con mucho para dar y dejar un legado. Aún no es mi momento, Dios lo ha dejado claro, aún me quedan tareas por completar. Te quiero mucho ❤️